Los mejores campos de golf del mundo

Ciertamente, el considerar un campo de golf como el mejor es una cuestión subjetiva. ¿Qué significa ser el mejor?, para muchos el mejor campo de golf es aquel en el que disfruta como un enano jugándolo con familia y amigos. Para otros, es el que ofrece diversidad de servicios y garantiza un altísimo nivel de calidad y exclusividad en todas sus instalaciones. Vamos a centrarnos en esto último.

Existen multitud de webs o revistas en los que elaboran anualmente rankings con los mejores campos de golf del mundo. Tradicionalmente, en estas clasificaciones suele haber una notable inclinación por campos con una dificultad notable y por los campeonatos con un gran pedigrí histórico. Pero, aunque que un campo albergue durante años la organización de torneos importantes es sinónimo de calidad, ¿significa esto que me tengan que gustar? No exactamente.

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En Madrid Golf queremos darle una vuelta de tuerca a esta clasificación. Nos basaremos en diversos factores: la dificultad del campo, los valores estratégicos de los golpes, el paisaje y la afinidad personal, pero, para nosotros el aspecto fundamental para catalogarlos será la diversión. Al fin y al cabo, eso es lo que se supone que es el golf, ¿no?

Por este motivo, encontrarás campos muy bien clasificados (según las mediciones tradicionales), muy superiores desde el punto de vista arquitectónico, y que no se clasifican tan bien como otros campos. ¡Vamos a verlos!

CATÁLOGO DE TODOS LOS CAMPOS DE GOLF DE ESPAÑA POR COMUNIDADES

10. Sand Hills

Aunque a primera vista no llame la atención como otros campos enclavados en entornos espectaculares, Sand Hills es mundialmente reconocido por ser el trazado más natural y ajustado a la tierra desde la Segunda Guerra Mundial. El terreno ondulado y arenoso, los vientos siempre presentes, las hierbas de la pradera y los gigantescos búnkeres crean la sensación de estar a la orilla del mar en medio de una Nebraska sin costas.

Podría decirse que es el campo de golf estadounidense más importante desde el Augusta National. Su apertura en 1995 no sólo situó a esta remota y aparentemente desolada región en el radar del golf, sino que casi por sí sola condujo a un renacimiento de la arquitectura de golf clásica en este país.

Situado en un amplio valle y rodeado de algunas de las estructuras de dunas más impresionantes del tour, sus diseñadores pasaron más de dos años investigando posibles formas de trazar sus hoyos a través de este increíble paisaje. El resultado es uno de los trazados más naturales del golf, con las ubicaciones de los tees y los greens ” descubiertos” por los diseñadores y con las calles simplemente dispuestas majestuosamente sobre las ondulaciones de la madre naturaleza. Aunque los vientos pueden azotar estas llanuras de Nebraska con gran fuerza, no provienen de una dirección predominante, por lo que los diseñadores tuvieron cuidado de asegurarse de que sus hoyos fueran jugables en todas las condiciones.

¡Puede que, finalmente, Sand Hills sí que esté ubicado en un enclave único!

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9. Augusta National

El simple hecho de saber de que campo se trata y que sucede en él lo convierte claramente en un lugar especial. Pero su fama no es inmerecida. Y es que un torneo de prestigio mundial como el Masters de Augusta no puede realizarse en cualquier sitio. Gracias a esto, el Augusta National Golf Club es considerado como uno de los clubs de golf más exclusivos de la actualidad.

Sus diseñadores, Bobby Jones y Alister MacKenzie eran admiradores del diseño del mítico St. Andrews, por lo que intentaron reflejar su espíritu hoyo a hoyo. De este modo, casi todas las calles ofrecen una ruta segura hacia el green, pero también una alternativa más arriesgada.

‘El Augusta National proporciona golpes que el más grande de los golfistas tiene la máxima dificultad para llevar a cabo con éxito y, sin embargo, sólo tiene veintidós bunkers, sin rough, y es un paraíso para el golfista medio‘. Dr. Alister MacKenzie.

Situado en los terrenos de un antiguo vivero en la ciudad de Augusta, en el estado de Georgia, la zona estaba llena de colinas onduladas, arroyos y una gran variedad de plantas y árboles en flor, lo que la convertía en la ubicación perfecta para un campo de golf.

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8. Oakmont

Ningún otro campo de golf se nutre más de la apariencia sencilla que Oakmont Country Club. De hecho, su belleza radica en que no se engalana a sí mismo, y sin embargo, para un purista, la vista desde la cima de la colina en el 15 resulta impresionante. El árido paisaje tiene pocos árboles y no hay agua, sólo zanjas de drenaje que atraviesan el terreno.

Se trata de uno de los recorridos más exigentes del mundo del golf. Su trazado fue diseñado por el golfista aficionado Henry C. Fownes, el cual, adquirió unos terrenos de pastoreo ondulados al noroeste de la ciudad de Pittsburgh. Diseñó en ellos, con la ayuda de su hijo William, los primeros hoyos, que fueron perfeccionando a lo largo de más de 30 años hasta lograr la excelencia de lo que conocemos hoy.

Inspirado inicialmente en los links abiertos de Gran Bretaña, Oakmont se construyó para ser un campo fuerte pero sin complicaciones que premiara los golpes precisos pero castigara severamente a los que se desviaran.

Debido a que tanto padre como hijo concebían el golf como que tenía que ser complicado para que mantuviera el interés, invirtieron sus esfuerzos en la introducción y diseño de búnkers, ya que los consideraban el obstáculo más apropiado. También merece la pena mencionar la gran calidad y complejidad de greens que hay en este campo. Incluyeron terrenos con inclinación en todas direcciones, pensados para que los golfistas tengan que intentar todo tipo de golpes de aproximación y desde una gama de diferentes lies y ángulos.

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7. Royal Melbourne (West)

Considerado como la gran obra maestra de la Edad de Oro del afamado diseñador de campos de golf Alister MacKenzie. El Royal Melbourne, con sus dos campos  east and west, es el club de golf más importante de Australia. Sus orígenes datan de 1891, cuando se constituyó el Royal Golf Club, por un grupo de adinerados habitantes de la ciudad, en unos terrenos alquilados cercanos a una antigua estación ferroviaria del centro de Melbourne. Sin embargo, con el crecimiento de esta, el consejo del club se dispuso a buscar una localización más permanente. Lo que encontraron fue un terreno de dunas de arena y ondulaciones, perfecto para un campo de golf.

Así, en el año 1926, el club contrató los servicios de MacKenzie para su diseño. Y finalmente se inauguró el campo oeste en 1931.

Se ha escrito mucho sobre las cualidades del West Course, pero en pocas palabras es la combinación de un gran terreno, un gran diseño y una gran construcción lo que lo hace tan especial. La estrategia atemporal del diseño de MacKenzie es tan profunda como simplista y se basa en calles anchas que son jugables para el golfista medio, pero que exigen a los más hábiles que conduzcan la bola a rincones peligrosos para acercarse a las banderas.

Me quema que con los miles de millones de dólares gastados en la construcción de campos en los últimos cincuenta años, todos los arquitectos juntos no hayan sido capaces de construir otro Royal Melbourne”. Gene Sarazen

Lleno de dramáticas colinas de arena y contornos audaces, el sitio en sí sigue siendo uno de los mejores en el golf, su suelo fértil y su aspecto naturalmente accidentado fue realmente un regalo de los dioses del golf.

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6. Royal County Down

Cuando un campo de golf cuenta con más de 130 años de historia, significa que están haciendo bien las cosas, hasta el punto de que para muchos, el Royal County Down cuenta con los mejores nueve primeros hoyos del mundo.

La experiencia de golf más estimulante del planeta, los links del Royal County Down están situados en la pequeña ciudad de Newcastle, a lo largo de las arenas de la bahía de Dundrum y a la sombra de las poderosas montañas de Mourne, famosas por su descenso hacia el mar. La idoneidad del terreno era tal, que el campo se abrió al juego en tan solo un mes. Trabajo por el cual su diseñador Old Tom Morris cobró al club la friolera de 4 libras esterlinas.

Lo que hace que Royal County Down sea tan impresionante es la combinación de un diseño emocionante y el uso inspirado de sus magníficas estructuras de dunas, que son probablemente las más atractivas en el golf y ciertamente las más propicias para un juego emocionante. Las calles, bordeadas de brezo púrpura, tojo dorado y temibles búnkeres bordeados de hierbas marinas gruesas, a menudo atraviesan las escarpadas colinas y numerosos golpes se juegan a ciegas sobre las dunas, con sólo una pequeña roca blanca en la cima de sus picos para indicar su línea de conducción ideal.

Estos momentos ponen a prueba la capacidad mental y física a partes iguales, ya que hay que ser capaz de situarse en el tee de salida con un elemento de incertidumbre y, aun así, dar un golpe significativo y preciso en la calle.

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5. National Golf Links of America

Para la creación del National Golf Links of America o “National”, como se le conoce comúnmente, reunió a Seth Raynor y C.B. Macdonald por primera vez y lo que crearon sigue siendo una maravilla del diseño estratégico.

Charles Blair Macdonald fue enviado a St. Andrews de joven para estudiar en la universidad local. Al mezclarse con leyendas como Tom Morris senior y junior, Macdonald se enamoró rápidamente del antiguo juego escocés y pronto se encontró en una cruzada para aumentar su popularidad en su tierra natal. Así, tras colaborar en la creación de varios campos por Estados Unidos hasta lograr su obra culmen con el NGLA.

Los hoyos en sí son una mezcla de réplicas directas e híbridos que Macdonald construyó fusionando los elementos tradicionales de los links con el movimiento del terreno que se presenta en el lugar.

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4. Shinnecock Hills

Sede de cinco Aperturas de Estados Unidos desde 1986, la última en 2018, es la obra maestra del diseño de William Flynn.

Shinnecock Hills, el club de golf más antiguo constituido en los Estados Unidos. Fue fundado en 1891 por adinerados hombres de negocios de Nueva York que conocieron el juego durante una visita a Francia el año anterior.

La sensación de que Shinnecock es especial se percibe desde el mismo momento en que se llega aquí. Empapándose del ambiente histórico desde la emblemática casa club de tableros de madera, los golfistas contemplan un campo que se extiende maravillosamente por las ondulaciones azotadas por el viento del condado de Suffolk. Los primeros hoyos no contribuyen a disipar el entusiasmo. Girando suavemente alrededor de profundos bunkers hacia un green inteligentemente angulado para recompensar a aquellos que toman una línea ajustada desde el tee.

Conocido por ser duro pero justo, en última instancia lo que hace de Shinnecock Hills un campo de golf tan excepcional es la ausencia de momentos aburridos y el hecho de que tantos hoyos de clase mundial salpican su glorioso paisaje.

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3. St. Andrews (Old Course)

Tanto si el golf evolucionó a partir de un deporte holandés, belga, alemán, romano o chino como si es totalmente autóctono de Escocia, St. Andrews es sin duda la cuna del juego moderno. El famoso Old Course de la ciudad, el campo de golf continuo más antiguo que existe, lleva en acción al menos desde 1457, cuando el rey Jaime II prohibió el juego en su terreno común.

La cuna del golf cuenta con bunkers ciegos, enormes greens dobles, rarezas como el Road Hole y el Hell Bunker y opciones estratégicas que varían según el viento del día.

La evolución de estos links, cuyas calles fueron conformadas por el pastoreo de ovejas y sus búnkeres creados por animales que se resguardaban del viento, ha tenido un enorme impacto en el golf tal y como lo conocemos. En 1764, el campo original de veintidós hoyos se redujo a dieciocho, creando la configuración de campo de golf ahora estandarizada.

Se han escrito volúmenes sobre St Andrews y la historia de sus links, y la mayoría de los lectores no necesitarán más prosa fluida sobre las virtudes y el significado de un lugar que ya se mueren por visitar. En su lugar, deberíamos ignorar la historia y el patrimonio de The Old Course y tratar de concentrarnos en la fuerza de los hoyos en el terreno y en el lienzo sobre el que están dispuestos para determinar la verdadera calidad de este antiquísimo links.

God save the King!

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2. Cypress Point

Es casi inconcebible que un terreno tan impresionante se haya habilitado para el golf. Los pocos afortunados que pueden jugar en el Cypress Point, disfrutan de uno de los paseos más inspiradores del juego, ya que el diseño de Alister MacKenzie transporta sin esfuerzo al jugador por la variada propiedad. El icónico par 3 del 16, que se adentra en el agitado Pacífico, es el hoyo más espectacular y fotografiado del campo, pero hay un sinfín de otros puntos destacados, desde la parte boscosa hasta las ondulantes dunas, pasando por su famosa línea de costa irregular.

MacKenzie extrajo lo mejor del terreno, en parte, rompiendo las “reglas” y teniendo pares 5 consecutivos en la parte delantera y pares 3 consecutivos en la parte trasera.

Durante años he sostenido que, en nuestra generación, ningún otro campo de golf podría competir con los problemas estratégicos, las emociones, el entusiasmo, la variedad y el interés duradero y creciente del Old Course, pero la finalización de Cypress Point me ha hecho cambiar de opinión”. Dr. Alister MacKenzie

Una colaboración casi perfecta entre el mejor arquitecto de golf de todos los tiempos y el mejor terreno para jugar al golf que se ha descubierto hasta ahora.

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1. Pine Valley

Analizar un campo de golf no tiene por qué ser complicado. Una forma sencilla pero eficaz de juzgar un diseño es por la calidad de la propiedad del campo, sus obstáculos y sus greens. Pine Valley destaca en los tres aspectos, y muchos afirman que tiene los obstáculos más formidables y los complejos de greens más sofisticados del golf. Si a esto le añadimos un maravilloso trazado que pasa de una isla de césped a otra a través del paisaje ondulado y arenoso, tenemos un campo que se ha mantenido en los primeros puestos de los rankings de los mejores campos de golf del mundo durante décadas, lo que significa que el único punto de referencia de Pine Valley es él mismo.

Está construido entre los campos de pinos del sur de Nueva Jersey, a unos 30 kilómetros al sureste de Filadelfia. Sus superficies de juego están separadas entre sí por vastas extensiones naturales de arena y matorrales. Aunque las penalizaciones por un golpe fallado son severas y estrictas, las zonas de aterrizaje desde el tee son en realidad más generosas de lo que sugiere su temible reputación.

El campo fue fundado, financiado y diseñado principalmente por el hotelero George Crump, que vio por primera vez esta extraordinaria extensión de dunas mientras viajaba en tren con sus amigos golfistas.

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